
POR: PERCY ROJAS PALOMINO
La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de diciembre de 1993 la resolución A/RES/47/193 por la que el 22 de marzo de cada año fue declarado Día Mundial del Agua, a celebrarse a partir de 1993, en conformidad con las recomendaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Recursos de Agua Dulce). Se invitó entonces a los diferentes Estados a consagrar este día, en el marco del contexto nacional, a la celebración de actividades concretas como el fomento de la conciencia pública a través de la producción y difusión de documentales y la organización de conferencias, mesas redondas, seminarios y exposiciones relacionadas con la conservación y desarrollo de los recursos hídricos.
NUESTRA REALIDAD: DESAFÍO A LA ADMINISTRACIÓN
Miramos muy de cerca
cada una de las acciones tomadas para Mejorar el Sistema de Agua Potable,
Alcantarillado y Tratamiento de Aguas Servidas, en torno a su mejoramiento se
han podido observar como una población en su conjunto se ha organizado para
enfocar como un problema Social y lamentable para el desarrollo de la calidad
Humana. En todo nuestro distrito se han desarrollado proyectos de Captación,
Abastecimiento y Conducción de este liquido Vital, donde se desarrollaron desordenadamente,
mal ejecutados, sin un control de vigilancia comunal y mucho menos sin la
supervisión responsable.
AGUA PARA LAS CIUDADES: EL GRAN DESAFÍO
Hay que centrar la atención sobre
el impacto del rápido crecimiento de la población urbana, la industrialización
y la incertidumbre causada por el cambio climático, los conflictos y los
desastres naturales sobre los sistemas urbanos de abastecimiento de agua.
Debemos alentar a los gobiernos, las organizaciones, comunidades y personas a
participar activamente para responder al desafío de la gestión del agua urbana,
una manera de recordar a
todas las personas que, por primera vez en la historia de la humanidad, la
mayoría de la población vive en las ciudades.
En la mayoría de los
países en desarrollo, en los que tiene lugar la mayor parte del crecimiento
urbano mundial, las aguas residuales no son tratadas adecuadamente y se vierten
directamente en los acuíferos subterráneos, lo que empeora la contaminación de
este frágil recurso. Las zonas urbanas, densamente pobladas, están muy
expuestas a las enfermedades que se transmiten debido a la mala calidad del
agua. Asimismo, son más vulnerables a las catástrofes naturales, debido a la
falta de medidas de gestión y de administración.
La falta de acceso al
agua y al saneamiento tiene graves consecuencias en el desarrollo económico y
social de los habitantes pobres de las ciudades, que en algunos casos existe el
aprovechamiento de instituciones Públicas y/o Privadas que hacen de este recurso un mercado sobre
valorizado, siendo el más perjudicado las familias de bajos recursos
económicos.
“Es imposible lograr un
desarrollo humano sostenible sin un agua de buena calidad, a la que todos
tengan acceso. Esta verdad se impone a los habitantes de las ciudades y, a
través de ellos, a toda la humanidad. En el mundo existen 276 cuencas fluviales
y un número similar de acuíferos que pertenecen a varios países. Todos esos
recursos compartidos constituyen encrucijadas naturales de la civilización
mundial. Si no logramos convertir el agua en un instrumento para la paz, en un
futuro podría ser una importante causa de conflicto” Irina Bokova.
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