PRIMERA PUBLICACIÓN-06ENE2011-PAGINAS DEL PUEBLO
VERDADES AMARGAS...
POR: PERCY ROJAS PALOMINO
Existen Roedores más grandes que las ratas de nombre Corruptos Educadores;...
La corrupción es un acto ilegal que ocurre cuando una
persona abusa de su poder para obtener algún beneficio para sí mismo, para sus
familiares o para sus amigos. Requiere de la participación de dos actores: uno
que por su posición de poder pueda ofrecer algo valioso y otro que esté
dispuesto a pagar una "mordida" o soborno para obtenerlo.
Estos actos los observamos diariamente desde que
abordamos cualquier transporte, en el mercado, en los parques, al realizar
trámites oficiales, etc; puede suceder en los lugares menos pensados y con las
personas menos esperadas. En las instituciones educativas, por ejemplo, la
corrupción puede producirse entre profesores y alumnos (venta de calificaciones
a cambio de productos ofrecidos por los docentes), entre padres y maestros
(compra de notas aprobatorias para sus hijos y festejos) entre directores y
padres de familia (venta del derecho de ingreso a una escuela o aprobación del
año académico), entre directores y profesores (venta de plazas-oportunidad
mediocre), entre autoridades de las escuelas (compra de permisos-justificaciones
negativas), etc. Aunque ilícita, hay quienes piensan que la corrupción puede
ser útil. Argumentan que ayuda a esquivar las reglas excesivas, a acelerar los
trámites y a ahorrar tiempo. Así, por ejemplo, dicen que sirve a los alumnos
que tienen problemas con una materia para poder aprobarla, pues gracias a la
corrupción pueden comprar al profesor. También dicen que sirve para establecer
un criterio para determinar quiénes ingresan a las escuelas con mayor demanda.
Sin embargo, los partidarios de este argumento no se dan cuenta de que en el
largo plazo, la corrupción nos perjudica a todos. Por ejemplo, si en una escuela es
común que los profesores acepten sobornos para aprobar a los alumnos, en el
largo plazo la reputación de esa escuela se verá dañada. Esto terminará afectando a sus
egresados, quienes cargarán para el resto de su vida con el sello de que vienen
de una escuela que no los formó bien. La corrupción tiene consecuencias graves
que afectan el desarrollo de los países. Queremos mencionar que la corrupción
entre profesor-alumno es el mercado más amplio que se ven en cada una de las
instituciones de nuestro país, (es tan
difícil querer tapar el sol con un dedo) los docentes que se siente
ofendidos ante una nota publicada de sus actos corruptos aun tengan la
sinvergüencería por la falta de solvencia moral de denunciar a los medios que
tratan de matar este mal que corroe la sociedad, en realidad estas acciones
dejan mucho que decir. Puestas en mención el alquiler de las Instituciones Educativas
para celebración de bailes populares, noches discotequeras, y eventos múltiples
con el gran pretexto de fondos para la institución, que llegado el momento
dicho dinero no existe o simplemente se muestra un silencio absoluto de sus
autoridades educativas. Haciendo de ello cómplice a los integrantes de las
APAFAs, que por su lado no brindar la información pertinente a los Padres de
Familia, con faltas notables al no
convocar a las reuniones oportunas de información tal como es exigible; es por
ello que la corrupción en cada casa de estudios día a día se agiganta de una
forma incalculable. Si analizamos desde otro punto de vista encontramos a los
profesores YA JUBILADOS, quienes aun no desean dar la oportunidad a los jóvenes
egresados en la docencia, y a esto sumamos los contratos manipulados al antojo
de sus directivos por ser familiares, o físicamente muy bonitas, o por los
regalitos y favores ofrecidos en algún momento: ¡Esto debe terminar!. Solo las acciones de aquellos profesores capaces,
valientes y ético de principio, si bien es cierto son poco; solo ellos tiene la
fórmula perfecta para lograr el cambio, solo ellos tienen la inteligencia más
que suficiente para dejar bien en alto su profesión y la institución donde se
desenvuelven. De no ser así la corrupción
rompe el tejido social pues disminuye la confianza de los ciudadanos en las
instituciones, el gobierno y entre ellos mismos. También afecta el nivel ético
de la sociedad en su conjunto. En la medida en que la corrupción se generaliza,
los escrúpulos éticos se van perdiendo y
aumenta la degradación de nuestro lenguaje.